miércoles, 23 de marzo de 2011

Fusión de T-Mobile y AT&T se ve cuestionada por barreras antimonopolio

Era lo que tenía que ocurrir. Tras anunciarse que AT&T habría ofrecido 39 mil millones para comprar a su competencia T-Mobile USA las especulaciones de que esta fusión se vería afectada por la legislación antimonopolio no se hicieron esperar. Claro, resulta que en la actualidad Verizon Wireless y AT&T concentran la mayor parte de los usuarios de telefonía móvil manteniendo una brecha muy amplia respecto de los demás competidores. Si se realiza la compra se estarían fusionando el segundo y cuarto proveedor de servicios móviles con más ingresos en Estados Unidos, lo cual dejaría a la industria prácticamente en un duopolio.

AT&T, por su parte, solicita que la industria sea analizada ciudad por ciudad, argumentando que actualmente existe una gran competencia y que en 18 de 20 grandes mercados del país hay por lo menos cinco competidores. Además, la compañía intenta tocar un trasfondo político con la adquisición ya que indican que, realizándose la compra, podrán hacer un uso más eficiente del escaso espectro de señales inalámbricas ayudando a concretar el plan del gobierno de Barack Obama de expandir el acceso a la banda ancha a todas las zonas habitadas del país.

La organización encargada de aprobar o rechazar este acuerdo es la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones), la cual se ha mostrado preocupada principalmente por la escaza competencia que actualmente existe en el mercado de comunicaciones inalámbricas del país. El año pasado, en su comunicado anual sobre la competencia en el mercado de la tecnología inalámbrica, la FCC concluyó por primera vez que no existía una competencia efectiva en el mercado de Estados Unidos, lo cual demuestra una situación muy desfavorable para la aprobación de dicha fusión.

Claro que el resto de la competencia no se ha quedado en silencio. Un portavoz de Sprint ya ha mencionado que su compañía se encuentra preocupada porque consideran que la fusión “cambiaría totalmente la estructura de la industria de las telecomunicaciones”.

Tendremos que estar muy atentos para ver cómo se desarrolla esta historia y cuál será su desenlace, pero lo más probable es que en el corto plazo no haya una respuesta definitiva.

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